martes, 5 de enero de 2010

Me he sentido particularmente extranjero.

Por la tarde de ayer me encontré a Costasinmar, estaba acompañado y me dio pena acercarme, pero después, ansioso por tener una plática como hace algunos años teníamos, fui hasta donde estaba y lo saludé. Entonces, como si todo girara en torno de la literatura, empezó a platicarme de concursos, de escritores (jóvenes, viejos y olvidados), de talleres literarios y grupos que se reunen para leer sus textos. Volvió a decirme que considera que el blog es el futuro de la literatura y comenzamos a discutir (como siempre) sobre si era válido o no tener un "blog de creación". Coincidimos que cuando la literatura (cuento o poesía) se adapta al formato digital es válido, pero cuando sólo se pone en internet lo que debería ir en papel, pierde su sentido.
Nos alejamos y prometimos escribirnos, pero entre más pasos daba reflexionaba en todos esos sitios que él revisa a diario en la web y yo desconozco; en todos los escritores que para mí sólo son nombres que pronto he de olvidar; en todas esas charlas vespertinas, nocturnas, en las que no habré de participar por no pertenecer a un taller literario, por no tener un grupo con nombre del cual me sienta integrante...
Hoy, después de leer mi post sobre Yuri Herrera, mi amigo El Negro me preguntó quién era el tal Yuri. Al mismo tiempo, abrí mi mail y descubrí el comentario de Textonauta. Entonces visité el sitio web del que Textonauta escribió. Descubrí, al tiempo que platicaba con El Negro, que Yuri Herrera escribe junto con Ramsés Salanueva (un viejo conocido de Sogem) y junto a Daniel Fragoso (de quien leí un poemario, gracias a El Negro) entre otros. Ramsés, por cierto, alguna vez contrató a El Negro para que les habilitara un sitio web, y Daniel Fragoso, al igual que otros chavos, son amigos de El Negro, quien incluso ha asistido a la presentación de sus poemarios. Cuando se encuentran en las calles de Pachuca se saludan y platican un rato. De mí, seguro Ramsés no se acuerda (aun cuando uno de sus primos fue gran amigo mío en la prepa).
Además, me enteré que la revista El perro ¡arf! se edita a cuatro cuadras de la casa de mis padres y sólo a unos metros de la de uno de mis mejores amigos de adolescencia, El Catrín.
Entonces fue cuando me sentí completamente extranjero, como la india María: ni de aquí ni de allá. No conozco a la gente que en el Distrito Federal andan en esto de la literatura y desconozco a las personas que en Pachuca hacen lo mismo porque cuando salí de allá a mí no me interesaba escribir.
-¿Sabes?-, le dije a El Negro -a veces quiero creer que todo sería más fácil si regresara a Pachuca, si allá intentara hacerme un espacio en esto... Pero también me da miedo regresar porque tal vez eso no suceda. ¿Cómo saber cuál es el camino correcto?
Y él, que muchas veces tiene una respuesta certera, contestó: "no hay forma de saber cuál es el camino correcto, pero no deberías hacerle el feo al terruño". Y luego dijo que de nada valía tener un cirio pascual encendido en un lugar donde nadie lo ve, que era mejor tener muchas pequeñas velas encendidas que nos ayuden a alumbrar ese cirio...
Entonces, sin hacer a un lado el optimismo con el que he empezado este año, recordé un poema que más bien parece mantra: "...el misterio no ha de extenuarse nunca. El despertar es un bosque donde se recupera lo perdido y se destruye lo ganado. Y el día futuro, una miseria que te encuentra a solas con tus pobres palabras. Mírate extraño y solo, de algún tiempo a esta parte".

7 comentarios:

Rogelio Pineda Rojas dijo...

Sigue tu proceso, Miguel. Aquí o allá eres el mismo. Sólo conocemos a las personas que nos hacen falta (escriban o no, se desenvuelvan en los grupúsculos de literatura o no). Es más: "No es necesario que salgas de casa. Quédate junto a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera. Pero ni siquiera esperes, quédate completamente quieto y solo. Se te ofrecerá el mundo para el desenmascaramiento, no puede hacer otra cosa, extasiado se retorcerá ante ti". Saludos

mangelacosta dijo...

Muchas gracias por lo que dices, Rogelio. Es cierto, hablamos de ese proceso hace algunas semanas. Cada uno a su modo sigue un camino. Lo mejor de todo es que a veces nos encontramos con personas con quienes andar. Te mando un fuerte abrazo. Ojalá pronto nos veamos.
PD. ¿De dónde procede la cita?

Rogelio Pineda Rojas dijo...

La cita proviene del último aforismo de Consideraciones acerca del pecado, de Kafka. Un abrazo.

A. dijo...

miguel angel, estoy de acuerdo con txt nauta, solo hay que seguir el camino, que no necesariamente irá a la velocidad que uno quiere ni a las ciudades que quieres visitar, pero que en suma, como dice el poema de Itaca, es lo que tendrás que ver, un abrazo, nos vemos esta semana.

mangelacosta dijo...

Gracias, Toño, porque al pasar por tu ciudad nos pudimos encontrar y conocernos. Claro que sí: nos vemos esta semana.

Ramsés dijo...

Mangel: Soy Ramsés. Saludos. Es verdad, no te ubico, pero al parecer tu si a mí. Me pongo a tus ordenes.

mangelacosta dijo...

Muchas gracias, Ramsés... Ahora que he estado recordando, ya no me parece tan claro que fueras primo de Aldo Celestino, pero estoy seguro de que sí lo conocías (creo que sí es tu primo, a lo mejor también conozcas a Bernardo Moreno). También he recordado que Yuri Herrera vivía al lado de uno de mis mejores amigos, en Pachuca, que una vez lo conocí en casa de sus padres a donde le fuimos a pedir prestado un video VHS de The Wall, mismo que nunca le regresamos. A lo mejor la única forma en que me ubiques es porque coincidimos varias veces en pláticas con José Agustín Ramírez y era amigo de Aida Valdepeña y Juan José Ramírez.
A mi amigo El Negro, le dicen también El Diablo o Gustavo...
Un saludo a todos los que integran El Perro Arf