miércoles, 14 de enero de 2009

Apenas notaba que hacíamos las cosas mal por apurarnos, Lucha nos soltaba: "como decía Napoleón: despacio que llevo prisa".

Hoy, el horóscopo decía que debo buscar paz de espíritu, y entonces he recordado la frase de la abuela. Por qué quiero hacer todo tan aprisa, sin importarme a veces cometer errores por lo mismo. Por ejemplo: se nos hizo tarde para ir a trabajar, y encendí el baño y nos metimos a bañar y planché apresurado y mal desayuné y le contesté de malas a mi esposa y bajé del Metrobús a trompicones y llegué a la oficina para descubrir que no había nadie haciendo su trabajo, que habían salido a desayunar, que aún no llegaban, que estaban viendo la tele. ¿Todo para qué? Acaso por llegar cinco minutos más tarde pasó algo. En unos minutos más terminaré mi trabajo y todo el desmadre que hice en la mañana sólo ocasionó que me mal despidiera de mi esposa. Entonces, ¿cómo encontrar la paz, la paz interior, la tranquilidad?
Tomo un café sin prisas mientras pienso en ello...
Luego: las disculpas (seguro).

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