viernes, 21 de noviembre de 2008

Estas noches de frío en que camino hacia Altavista

Recuerdo la ciudad de la juventud, las noches de esa época:

Los tacos al pastor junto a la compañía de Luz.
Los esquites compartidos con un amigo de la primaria a quien nunca volví a ver.
Las quesadillas de sesos, que vendían una mujer gorda y su hijo con apariencia de retardado mental, a las afueras de La Villita.
Las cervezas que tomábamos en un terreno que había sido del papá del Tolín.
Los jales desnudos a donde llevé a alguna novia.
Las madrugadas en que resonaban las campanadas del reloj monumental por todas partes.
La acera donde se vendían putas y putos y mandaban besos tiernos a quienes los veíamos desde un carro en movimiento.
El mirador, a unas cuadras de casa de mis padres, en donde uno podía distinguir, de acuerdo a las luces, los diferentes edificios pachuqueños.
Los antros donde bebíamos y sudábamos con tal de olvidarnos de todo.
El vocho circulando lentamente por las calles, mientras nosotros, los cuatro que siempre íbamos, nos desgañitábamos con canciones de Shakira, de Alejandro Sanz, de...
El frío en la cara, una mano en el bolsillo, la otra con un cigarro que sabía a gloria, la vida con todo por ofrecernos y el amor que entonces creíamos era lo único que importaba.

Es curioso: ahora me pasa lo mismo, esto último al menos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡¡Sí!!! El amor es lo más importante en la vida.

Pech.


DISTANCIA JUSTA

En el amor, y en el boxeo
todo es cuestión de distancia
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.

CRISTINA PERI ROSSI.

mangelacosta dijo...

Pech: Como siempre, es un gusto saber de ti. Seguimos en deuda con unas chelas. Gracias por el poema.