miércoles, 19 de noviembre de 2008

Concursos, homenajes y blogs

El primer impulso: pegarle al padre: luego, ya huérfano, asumirse como el gran heredero. Porque: ironía y juventud, no van juntas (las buenas, digo). Entonces: atacar por atacar, alburear al mayor, dar paso a la mofa: ¿y nosotros cuándo?
Pienso: ganaron el concurso porque son amigos de y "las menciones" son conocidos también. Yo no conozco a nadie: por eso el resultado: por eso el ataque.
Escupir al cielo: siempre peligroso, pero ya se sabe, es mejor hablar a que nadie nos pele: siempre yo por encima del otro, dispuesto a criticar: a hacer menos.
Dice Daniel: no entres a concursos, no pelees por becas: escribe. Pero no se escribe para crear: entonces destruir: posibles competidores, hermanos, y: también los adultos que nos han llevado de la mano. Hasta que (ufff, ya era tiempo), nosotros -eso queremos- llevemos de la mano y alguien nos tire un escupitajo: entonces insulto, no crítica juvenil, no ironía juvenil.
Digo: el resultado del concurso justo (sino deprimirse e inventar complots); el "gran autor" no es retrete, es espejo (del futuro). Lo digo por un instante: después volveré a la crítica.
A fin de cuentas: ya se sabe... ¿no? Todo es imitar: intentar: crecer: hasta el día que el tropiezo sea mayor: hasta que alguien escriba sobre nosotros: entonces el ego y la caída posterior.
Nunca mejor: "la serpiente se muerde la cola".

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