jueves, 4 de septiembre de 2008

Otra vez un hospital. Ahora soy yo el paciente y el doctor me ha desahuciado. ¿La enfermedad? Una a la que siempre he temido: cáncer.
Mi esposa, quien es la que sabe preguntarle a los médicos, interroga si no hay una posibilidad: quimioterapia, extirpar la zona afectada.
Con una calma que no comprendo, los escucho discutir.
Al despertar me atormenta no recordar cómo terminaba mi sueño.
Creo que me he dado cuenta que el hombre está expuesto a morir. En Two and a half men le llaman a este momento "la crisis de los 40".
Yo tengo diez años menos.

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