lunes, 5 de noviembre de 2007

3. Que se llama soledad...


Algunas veces vivo y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arañe el corazón

Ro, a quien conozco desde la universidad, dice que me nota tristón, que al menos eso dejan ver mis letras, mis posts.
Yo quisiera darle la razón, pero no estoy dispuesto a mentirle.
En realidad no me pongo triste, sino que tiendo demasiado a la melancolía, a esa melancolía que viene acompañada de alegría, del recuerdo de buenos momentos, del disfrute de pequeños instantes de felicidad.
Melancolía que me llega cuando...
*Abrimos el balcón de nuestra casa y con un café, un té o una cerveza en la mano mi esposa y yo vemos la inmesidad de las luces a nuestros pies...
*Me alejo de mis sobrinos, después de haber jugado con ellos, de hacerles cosquillas, y ellos me dicen adiós como si estuvieran seguros de que pronto nos volveremos a ver...
*Termino de leer un libro que me ha cambiado el estado de ánimo...
*Se me ocurre alguna cosa que haga reír a mi esposa...
*Como algo que habré de recordar por muchos días...
*Miro un atardecer que me calienta el corazón...
*Abro los ojos y me siento feliz...
Así que Ro, lamento por esta vez, no darte la razón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pequeño... no necesitas darme la razón de manera explicita, mi intuición "femenina" me la ha dado de facto, ja. De todoas, todas gano. Un poco mi ego pero no le aunque si erre ya pagaré las consecuencias.
Yo sé que eres un empedernido de la bohemía y que esa necesidad perene al escritor influye en lo que escribe. Así que te colmino a seguir por ese camino, de otra forma no leería cosas que me llevan a otros lados, que me hacen añorar, celar, vivir, disfrutar, pensar, recrear, entre otras.
Mil besos.
Ró.