martes, 23 de octubre de 2007

Durante las fiestas patronales de Santa Úrsula Xitla

Es de noche, estamos en el atrio de la iglesia, al frente hay un escenario y un grupo de norteños cantan una canción. No cualquier canción.
De pronto, cierro los ojos y estoy en casa de mis padres, en la sala roja, con una luz vespertina demasiado débil (ha tenido que atravesar unas láminas de asbesto y después chocar con unas cortinas delgadas). Mi papá toma un jaibol (para él cualquier mezcla de alcohol con refresco es un jaibol) y fuma con esa ceremoniosidad de la cual parece depender el equilibrio del mundo. Mamá lo ha interrumpido varias veces durante la plática, hasta que él se levanta, enciendie su estéreo y pone un disco. Después, ya con cigarro en mano, con su jaibol al alcance, ha dejado que su vista se pierda en las escaleras.
Mamá se ha quedado callada.
Mi esposa, creo, no termina por comprender lo que pasa. Tenemos sólo algunos meses de casados y mi relación con mis padres no es muy buena.
Se escucha un acordeón, una batería, un bajo sexto: "No, no te preocupes por mí, aquí todo sigue igual, como cuando estabas tú"...
Y a papá se le enrojecen los ojos, mamá suelta una lágrima y prende un cigarro. Nosotros, mi esposa y yo, estamos pegados al sillón sin saber cómo actuar...
A partir de entonces, aquella canción se convierte en una especie de himno familiar (así como lo han sido "Motivos" de Vicente Fernández, "Nunca voy a olvidarte" de Bronco y algunas más). A partir de ese momento, lo pienso mientras regreso a la noche a fuera de la iglesia con Los Cadetes de Linares tocando "No hay novedad", cada que escuche esa canción deberé cantarla en homenaje a mis padres, quien en casa están solos, extrañando a sus hijos y aparentando que todo sigue igual...
Entonces, cierro los ojos nuevamente y me imagino alzando un jaibol para brindar, encendiendo un cigarro. Veo a mis padres contentos, con sus hijos, yerno, nuera y nietos rodeándolos, cantando con un nudo en la garganta y apenas cuando todos abrimos la boca, despierto de mi ensoñación, hago coro al grupo norteño y canto: "Quisiera que me hicieras mucha falta y gritarte que regreses, pero aquí no hay novedad... No, no te preocupes por mí, aquí todo sigue igual, como cuando estabas tú"...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Miguelito, dónde te has metido. No apareces en el messenger o mensajero.
Yo aquí la llevo, claro que durante este tiempo he leído tus tan atinados post, pero a veces siento que te achicopalas, pero supongo que es como a todos. Somos humanos, no, jaja.
Yo acá, ya tengo noticias. Ya te cuento o las redacto por mi bló.
Ró. Tuuuuuuyito no más.