lunes, 29 de octubre de 2007

1. Tan joven y tan viejo

"Lo primero que quise fue marcharme bien lejos"...
y entonces deje la casa y con la sinrazón de mis 23 años compré muebles, hice la despensa y quise tragarme el mundo (sin conseguirlo). Critiqué a los mayores, hice planes, forjé una nueva vida y me deshice de todas las costumbres y manías familiares (después regresaría a ellas). Era, soy joven...

"Y así crecí volando y volé tan deprisa"...
que me olvidé del pasado sin preocuparme demasiado, hasta el día cuando tuve que volver a él para dar pasos en firme y sentirme parte de algo: de una familia, de una ciudad, de una vida. Había comenzado a madurar...

"Cada noche me invento, todavía me emborracho"...
cuando de repente me doy cuenta que soy el recuerdo de viejos tiempos. Cuando los primos, más jóvenes, recuerdan su infancia en que el primo mayor les hacía bromas y los hacía comer dulces demasiado ácidos para su niñez. Lo miran a uno, con sus ojos juveniles, y reviven, recriminan, reclaman, esos tiempos en que iba tanto a su casa y convivía con ellos (a diferencia de ahora), y sueltan una frase que suena como un halago: mi mamá te recuerda mucho...

Entonces, me siento "tan joven y tan viejo, like a rolling stone"...

(Mañana, en la semana de dos pájaros de un tiro: Hoy puede ser un gran día)

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