martes, 3 de julio de 2007

A ti, amoroso fantasma...

Aunque jamás conocí a Oli, puedo decir que la presentí con certeza.
No recuerdo si fue en la Rinconada Macondo o en una medianoche pachuqueña.
Le puse ese nombre porque cuando leía a Oliverio Girondo ya se levantaba una sábana, ya se movía una cortina, ya se escuchaban unos pasos en la casa solitaria.
Supuse que le gustaba la poesía pues en los momentos cuando leía a Efraín Huerta, a Salvatore Quasimodo, era cuando más feliz me sentía, cuando más acompañado estaba.
Sé que muchos hemos tenido amigos imaginarios en nuestra niñez, pero mi fantasma estuvo presente en mi entrada a la edad de las responsabilidades.
Reconstruyendo la vida de Oli, un día inventé que había sido una joven muerta en un accidente, y que por ello se había quedado con muchas ganas de disfrutar la vida. Llegué a esa conclusión un viernes que rendido, con mucho sueño, tras recibir una invitación para ir a parrandear, algo en mi interior, o quizá a mi lado, me obligó a levantarme y a ingerir litros y litros de cerveza, a bailar hasta que las piernas ya se me doblaban y a reir por cualquier simpleza que dijera alguno de mis amigos.
Así, me acostumbré a convivir con Oli y a leer poesía todas las noches (al menos un poema antes de dormir). Sin embargo, un día asumí una gran responsabilidad y creo que ella se aburrió de estar con un hombre como yo. Después me casé y viví en depresión tres o cuatro años, pues esa compañera fiel, quien observaba mis dedos al teclear un cuento o dirigía mis ojos al leer algún poeta, había desparecido.
Hace algunos días me enteré que Francisco Tario dedicó a su esposa (recién fallecida) el que fue el último de sus libros: "A ti, amoroso fantasma, estas que fueron tus últimas lecturas", y de inmediato recordé a Oli.
¿Dónde andara? ¿A qué joven habrá impulsado a leer poesía para ella? ¿Habrá encontrado en un poema la luz que necesitaba para seguir su camino hacia la eternidad?
Por lo pronto, creo que he cumplido una de las promesas que NOS hice cuando estábamos juntos: escribir un libro, aunque aún no sé si estará dedicado a ella, "mi amorosa certeza". Aunque debería...

No hay comentarios: