martes, 31 de julio de 2007

Máscaras

* La exposición la componen 12 cuadros, doce dibujos que más que serie, parecen exorcismo.
*No pude ir a la inauguración, pero en ese momento, cuando un sacerdote (¿católico? ¿cristiano?) cita a Heidegger, y lo escuchamos una actuaria, un sociólogo y yo, siento que estoy compartiendo el inicio de algo.
*La cafetería, que minutos después será bendecida por el sacerdote, se encuentra en la calle Museo (entre Tlalpan y División del Norte), a una cuadra de la estación Xotepingo del Tren Ligero. La atienden dos mujeres (recuerdo que una se llamaba Ana) y tiene esa calidez de las salas familiares (además el café es barato y de muy buen sabor).
*Alex, dibujante-pintor-poeta, se queda observando los dibujos que le llevaron siete años de trabajo y suspira.
*Hay felicitaciones, a Alex y a los dueños de la cafetería. Luego, salimos a la noche y caminamos rumbo al tren ligero. Insisto en recordar el nombre de un poemario de Francisco Hernández. Lo hago pensando en que Alex no abandoné ese libro de poemas al que cada vez tiene más miedo de dar por terminado (lo supongo por las excusas que pone para no llevarlo a una editorial).
*Ya de regreso a casa recuerdo el nombre, pienso en Alex, en esas máscaras que no son una forma de ocultar, de mentir, sino el subconsciente de los personajes dibujados.
*Entonces, creo, que el título de la exposición debería ser otro, tal vez realidades, personalidad, algo que refleje lo que "uno" quiere ser en realidad...
*Pero Alex ya no está conmigo y quizá pase algún tiempo antes de que vuelva a verlo.
(A lo mejor debería llamarse: "De cómo Alejandro Peña fue vencido por los demonios")

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