A riesgo de ser considerado persona non grata en Pachuca, voy a revelarlo. Y no, no es que quiera echar de cabeza a los millones de pachuqueños, sino que a veces es necesario compartir esas maravillas que hay en esa ciudad donde el aire silba a todas horas.
Cuando uno oye hablar de Pachuca piensa en su reloj monumental con su número cuatro romano muy particular (IIII), en barbacoa o en pastes, a lo mejor en plata o en el equipo de futbol campeón de la Sudamericana. Sin embargo, hay algo que sólo los nativos conocemos: las chalupas.
Sé que hay un platillo poblano llamado así, pero nada tiene que ver; sé también que están las trajineras xochimilcas, pero estás aún menos tienen alguna similtud. De lo que yo les hablo es de uno de los platillos más ricos que puedan existir.
Digamos, por principio, que las chalupas son: una torilla chica (de las que se usan para los tacos) con una poca de papa martajada encima (sólo un pellizco de papa), lechuga finamente picada, una rebanada de rábano, un poco de cebolla picada, queso blanco rallado y una tirita (sólo una) de pollo deshebrado.
A continuación, se le baña con salsa verde cocida y se le pone a freír en manteca.
Así las cosas, cabe resaltar que las chalupas se venden sólo por las noches en chaluperías (obvio, ¿no?) que por lo regular están sobre la calle o en pequeños corredores que llevan a los zaguanes de las casas, donde un anafre (ahora de gas) sirve para prepararlas. Además, las chaluperas venden hígados y mollejas de pollo, huevos, alones y patas (hervidas) de pollo. Todo esto frito en manteca y con la misma preparación que las chalupas, sólo que en lugar de la papa va el ingrediente que se pida: molleja, alón, etc...
Además, se venden PAMBAZOS (quiero pensar que los originales) pues son realmente pan de pambazo, no como en el DF que se ocupan teleras... Estos también llevan papa, mucho pollo o chorizo, lechuga, rábano, queso, cebolla, queso y salsa.
Ahora, lo importante de todo esto:
- Probar unas deliciosas chalupas pachuqueñas en medio del frío: 20 pesos (6 chalupas, un pambazo, dos patas y un hígado (aunque usted no lo crea así con de baratas)).
- Un refresco (de preferencia Coca) para quitarse lo enchilado: 8 pesos
- Ser parte de este secreto, uno de los mejores guardados por los pachuqueños: No tiene precio.
Por cierto, se ofrecen tours gastronómicos para probar este y otros tantos secretos que tenemos en mi tierra. ¿El pago? Que ustedes inviten la comida.
¿Se animan?
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