lunes, 8 de enero de 2007

Propósitos de año nuevo

Los inicios de año son terribles porque nos enfrentamos a lo que no logramos terminar un año antes. Además, nos llega la cuesta de enero y muchos nos deprimimos por no recibir un regalo el día de reyes.
Sin embargo, el 1 de enero tiene algo prometedor: nos brinda una nueva oportunidad.
Así, a pesar de que nos olvidemos de nuestros propósitos (de que recliquemos los del año anterior) podemos hacer nuevas promesas a nuesto ser interno y aventurar estrategias para conseguirlas. Prometo, por ejemplo, ser más tolerante, y de inmediato pienso en contar hasta diez cada que escuche esa cantaleta que tanto me molesta. O por poner otro ejemplo, este año si voy a bajar de peso, y pensamos que con una hora de caminata al día será suficiente.
Pero acaso no es más modesto (y honroso) el hacernos esos propósitos cada que nos levantamos: hoy no me voy a enojar cuando llegue a la oficina y no encuentre buenas caras, hoy voy a comerme el chocolate que desde hace días se me antoja, hoy le voy a decir a mi esposa que la amo no solamente cuando estamos felices (sino también cuando nos enojamos), hoy escribiré diez renglones del cuento que tengo en mente, hoy trataré ser mejor persona con quienes aborrezco, hoy seré un hombre de fe...
No sé, tal vez sólo son hipótesis, quizá también esos propósitos sean incumplibles... Pero habría que imitar a los alcohólicos anónimos e intentar llevarlos a cabo al menos las siguientes 24 horas.
Hoy voy a intentarlo, ya mañana les digo qué pasó...

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