jueves, 14 de diciembre de 2006

Quinto aniversario

La noche que nos casamos:
1. Mis padres se habían separado (me lo informó mi hermana de camino a la iglesia).
2. Uno de los padrinos estaba borracho.
3. Mis suegros llegaron tarde a la iglesia por culpa de una amiga de mi esposa.
4. Ella lloró durante toda la misa.
5. No llegamos a tiempo para que nos casaran por lo civil.
6. Algunos de los padrinos que se habían ofrecido para poner vino, las copas, el video, nos quedaron mal.
7. El jardín donde celebramos la cena estaba prácticamente congelado (el frío era insoportable)
8. Ella se tapó el vestido (que había excedido nuestro presupuesto) con un abrigo negro.
9. Toda la fiesta estuvimos separados.
10. Nos enojamos cuando no encontramos la canción que ella había elegido para que bailáramos (sólo apareció la elegida por mí).
11. Al momento de aventar las copas del brindis para que se rompieran y con ello llegara la alegría al matrimonio, la mía no se rompió, así que la agarré y con violencia la estrellé en el piso.
12. Después de que se me cayeron en la oscuridad, una de las arras se me perdió, y
13. La luna de miel fue una larga pelea sólo interrumpida por llantos interminables...
Por eso, pero únicamente por eso, no me ofendí, ni reproché nada, cuando hace unos días, previendo la llegada de nuestro quinto aniversario, mi esposa me dijo: Nunca pensé que fuéramos a durar cinco años casados.
Yo sonreí y estuve seguro, junto con ella, que ninguna de las personas que aquella noche nos acompañaron pensó algo diferente. Sin embargo, hoy amanecimos juntos y felices...

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