miércoles, 6 de mayo de 2020

Escribo un tuit, lo publico y enseguida me arrepiento. Es justo lo que había intentado no hacer: un mensaje con muchas lecturas y una de ellas, la que me preocupa, un ataque: "Cuando la gente se queja se cree más inteligente que quienes no hacen eso, pero es mentira", Jody Williams, Premio Nobel de La Paz 1997.
A últimas fechas me descubro haciendo este tipo de cosas: escribiendo, citando, con tal de establecer una postura frente a algo que recién he leído. Sin embargo no es una respuesta, sino una toma de postura para mostrar que no estoy de acuerdo. Hace poco escuché que quedarse callado cuando se opina diferente propicia que se asuma que hay una sola postura frente a un hecho, aunque no sea cierto. Por eso, me justifico, escribo, tuiteo...
Pero un instante después siento que es mi obligación arrepentirme, que no debo cooperar a estos discursos de odio o fanatismo. Entonces recuerdo aquel estudio que hicieron en una comunidad que se amaba, pero que cuando la enfrentaron lograron que se atacara con la demencia de los odios ancestrales. La anécdota la cuenta Doris Lessing en la conferencia "Ustedes están condenados, nosotros estamos salvados", incluida en el libro Las cárceles elegidas publicado por el FCE en 2014 (2a reimpresión, traducción de María Antonio Neira Bigorra y Juan Carlos Rodríguez Aguilar).
Voy al librero y busco el texto, leo los subrayados que hice. Como creo que es imposible abreviar la conferencia, pero los subrayados descubren en cierta forma lo que fue esencial para mí, transcribo:
"[...] podríamos estar en una habitación llena de amigos queridos y tendríamos que saber que nueve de cada diez se volverán nuestros enemigos cuando lo exija la manada".
"[...] casi todos se comportan automáticamente, pero siempre hay una minoría que no lo hace y me parece que nuestro futuro, el futuro de todos, depende de esta minoría".
"Sabemos que la gente en grupo con toda probabilidad se comportará de manera bastante estereotipada, sabemos que asumirán conductas predecibles".
"A la gente le gusta la certidumbre; más aún, anhela la certidumbre, busca la certidumbre y las grandes verdades sentenciosas".
"[...] los adversarios nunca son tan odiados como los viejos aliados".
"Cada bando no tenía una sola cosa buena que decir del otro, cada bando estaba mintiendo... y mintiendo con la conciencia tranquila, pues el fin justifica los medios".
"Hoy todos hablamos de las 'capillas' del socialismo, de los 'dogmas' del marxismo, similares a los de los fanáticos religiosos, pero yo me pregunto si este modo de hablar no se habrá convertido ya en un medio de no pensar".
"Tal vez no sea exagerado decir que en estos tiempos de violencia nuestro deseo más benigno y sabio para los jóvenes deba ser: 'Esperamos que su periodo de inmersión en la locura de grupo, en la mojigatería de grupo, no coincida con algún periodo de la historia de su país en que puedan poner en práctica sus ideas criminales y estúpidas. Con un poco de buena suerte, saldrán muy mejorados por su experiencia de lo que son capaces de hacer en materia de fanatismo e intolerancia. Comprenderán perfectamente cómo las personas cuerdas, en los periodos de locura pública, pueden asesinar, destruir, mentir y jurar que lo negro es blanco".

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