martes, 4 de agosto de 2009

Sueño con un fantasma

¿Dónde has estado?, quiero preguntarle; ¿por qué no venías?, te extrañé casi hasta el llanto.
El fantasma se dirige a una ventanilla y cobra un cheque muy grande, que le pagan con un sólo billete y tres monedas de diez pesos. Voy a su lado, en silencio.
—Nunca me comunicaron contigo, decían que ahí no te conocían.
Pero el fantasma sólo camina, sin ese aroma ácido que lo caracterizaba, y avanza por calles llenas de vendedores ambulantes.
Sólo me mira una ocasión (aún tiene su cuerpo delgado, sus pecas, la piel cetrina). Con las tres monedas de diez pesos en la mano, me dice:
—¿Quieres un refresco?
Y me siento feliz, inmensamente contento de recorrer a su lado esas calles urbanas.
* * *
Mi horóscopo me ha hecho pensar más en lo que soñé:
"Esta semana has recibido noticias que le meterán acelerador a tus días, transcurrirán con felicidad y agradecimiento porque tus sueños se están volviendo realidad puntualmente. Le dirás adiós a la tristeza y a la soledad".

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