martes, 28 de abril de 2009

Durante varios días soñé que peleaba con mi esposa. Al despertar sólo recordaba el enojo, sentía el dolor en el estómago, pero no lograba reconocer la causa de nuestros disgustos.
(Encendi una veladora, tal como hacía la abuela cuando los nietos confesábamos haber tenido una pesadilla)
Ella, mi esposa, no supo darle una interpretación a lo que le narraba.

Antenoche anduve por veredas, en medio de desfiladeros, caminé kilómetros y kilómetros, me enfrenté a una mujer que despedía la maldad a partir de una tinaja donde escondía su cabeza azulosa, de ahogada. Casi al despertar el día amanecía en mis sueños.
(La abuela hubiera sacado uno de sus libritos con cientos de oraciones)
Ella, la que se bañaba junto a mí, calificó mi narración (:terrorífica), mas no la interpretó.

Hasta que ayer, nuevamente la veladora a la entrada a la recámara, pude dormir sin miedos. Soñé que recibía un e-mail: "Sobre su manuscrito". No me atreví a abrir el correo. Después desperté sofocado.
(La abuela me hubiera contado un cuento de la Biblia hasta que otra vez conciliara el sueño)
No quise despertar a mi esposa para platicarle. Sé que desde hace algún tiempo soy el único capaz de darle una interpretación a mi subconsciente. No sé cómo sentirme al respecto...

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