jueves, 11 de septiembre de 2008

—¿Usted nunca se preocupa por nada?
—Tengo una defensa secreta, míster Wormold. Me intereso en la vida.
—Yo también, pero...
—A usted le interesa una persona, no la vida, y la gente se muere o nos deja..., lo siento, no me refería a su mujer. Pero si a usted le interesara la vida, nunca le defraudará. (...) Debería soñar más, míster Wormold. La realidad en nuestro siglo es algo que no debe afrontarse.

Nuestro hombre en la Habana
Graham Greene

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