miércoles, 23 de julio de 2008

Escucho a Janis Joplin: Mercedes Benz

Durante la adolescencia un día mamá me preguntó por qué escuchaba esa música tan deprimente. Le dije que algo extraño me pasaba al oir a Janis: si estaba contento, me deprimía, y si estaba triste, me ponía contento.
(ya suena Trust me)
Quizá por eso, hace unos días cuando terminé de leer El amante de Janis Joplin aunque estaba loco por poner a Pearl a cantarme al oído, me resistí. Era un buen momento: estaba de vacaciones, leyendo, escribiendo, despertándome a la hora que así lo deseaba, disfrutando de los paisajes que se filtran por la ventana de nuestra recámara a las once de la mañana.
(Get it while you can)
Hace un rato, mientras me bañaba, constantemente le cerraba al agua fría para que la temperatura fuera más alta y casi me achicharrara la piel. Necesitaba que el calor entibiara mi cuerpo, que penetrara hasta esos pensamientos que chocan en la cabeza cada que me miro frente al espejo.
(Try just a little bit harder)
Ahora, poco a poco, escuchando a Janis, se me empieza a calentar el alma.

No hay comentarios: