lunes, 9 de junio de 2008

En espera

Al llegar a casa lo primero que reviso es el buzón. Son muy pocos quienes conocen mi dirección, sin embargo siempre espero recibir una carta, un telegrama, que me dé una buena noticia.
Llegó y abro con sigilo la pequeña puerta del buzón, como queriendo crear un suspenso inexistente. Luego expulgo entre los sobres de todo el edificio y cuando miro mi nombre en uno de ellos observo si son "deudas" o un sobre extraño.
Sólo una ocasión he encontrado algo interesante: un libro que me enviaron desde Argentina o Chile, ya no lo recuerdo.
Hoy, como desde hace una semana, espero con el mismo entusiasmo una llamada. Y el timbre del celular (porque me han de llamar al celular) se mantiene mudo ante mi desesperación. La llamada no será ni buena ni mala, no me dará una noticia para bien o para mal, sino simplemente me proporcionará la esperanza de una cita a tomar un café, a platicar de ciertas cosas que me interesan y, a lo mejor, me depare también el fumar un cigarro después de escuchar lo que "esa persona" ha de decirme.
La cuenta para recibir la llamada continúa y aunque no hay un plazo definido ya ansío escuchar el zumbido del celular al vibrar y ese tono que recuerda el de un comercial.
Es lunes y tal vez esa llamada no llegue esta semana, ni la que viene... o a lo mejor sí.

1 comentario:

JJ dijo...

Okey, okey... cuándo nos vemos??? Te parece la próxima semana, jueves o viernes??? Ya, para que no llores... jajaja broma, pero en serio, te late si nos vemos la próxima semana????