lunes, 2 de junio de 2008

El tiempo avanza de manera distinta. El viernes, por ejemplo, siento que sucedió hace más de tres días, y qué decir del miércoles del que estoy alejado ya por varias semanas. Este lunes estoy a punto de terminarlo para ubicarme de lleno en el jueves y temo que deje pasar mi martes con tal de llegar a salvo al sábado.
No sé qué pasa, pero de repente me ha entrado una urgencia extrema por vivir.

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