miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cuando alguien descubre que soy fanático de OV7 (antes Onda Vaselina) no deja de sonreir con cierta sorna. A lo mejor les extraña que me guste el pop fácil, Kabah, el punchis punchis.
Sin embargo estos días que han sido largos y pesados, llenos de incertidumbre, no dejo de pensar en una canción de OV7, y al hacerlo me lleno de tranquilidad, me siento casi feliz.
Pero me explico.
Puedo decir, por principio, que desde que cantaban "Susanita tiene un ratón" o "Mi novio volvió" adoraba a la Onda Vaselina, un tanto porque me gustaba Mariana Ochoa, después Lidia Ávila, y luego porque era la música de mi generación (al igual que Microchips). Seguía con gusto a esos seis niños (después 7 adolescentes) que se divertían rockanroleando y bailando tonadas simples.
Con una de sus canciones ("Te quiero tanto") baile con mi prima el día de sus 15 años, con otra ("Mírame a los ojos") me convencí de declararle mi amor a una veracruzana y con otra ("Shabadaba") pude mover los pies en una fiesta que después sería definitiva en mi vida.
En fin, OV7 ha estado presente en muchas etapas de mi vida. Por eso, ayer, antier, la semana pasada en que me sentía un poco triste, al llegar a casa pensaba en OV7, en "Vuela más alto" y empezaba a canturrear: La casa no es más que un lugar al que poder regresar cada vez que por un traspié necesitas que un poco de calor te obligue a volver al camino...
Y entonces todo iba un poco mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Miguel:

No eres el único al que le gusta
OV7. Yo, hasta a conciertos fui. Tuve una pareja a la que le gustaba y pues ahí me tienes, y sí su música aparentemente superficial también representa para mí buenos recuerdos. No tengo Cd´s de ellos, cuando nos veamos, ¿podrías llevarme uno quemado?

Abrazos enormes.

Pech.

Anónimo dijo...

A mi me sigue gustando Kalimba, qué tiene eso de malo? De hecho los ví en concierto hace algunos años en el auditorio nacional.

MR.