Me da gusto que el Ixel esté en Gandhi, en El Sotano; pero más gusto me da que esté en Aurrerá, en Walmart, en Sanborns, en El Palacio de Hierro, en Liverpool.
Pienso en este libro cuando leo la columna de Joselo, en Excélsior. El integrante de Café Tacuba dice que ante la falta de tiendas de discos, ante las descargas electrónicas de música, cierto grupo está vendiendo su nuevo CD en el Starbucks: "La opción es venderla en el mejor punto de venta, y eso es lo que tienen estas cafeterías. La recopilación se llamó Hits Are for Squares y en la portada aparece un tipo de traje, muy cool, tomando café en una de las tantas sucursales de Starbucks en el mundo".
¿Por qué no hacer lo mismo con los libros? ¿Alguna editorial habrá pensado que también en las cafeterías se pueden vender libros? Pienso, por ejemplo, en el catálogo de Tierra Adentro. En la pasada Feria del libro del Zócalo sus libros costaban 20 pesos (no 60 como cuando se exponen en librerías).
¿Si hay un libro de 20 pesos junto a la caja, cuando estoy pagando mi café (más caro que el libro, por cierto), no me arriegaría a comprar el ejemplar? ¿O es preferible que sigan en bodegas, perdidos entre los miles de ejemplares de una librería?
(De mientras, qué gusto que en el catálogo de Liverpool recomienden Ixel)
Hace 1 año
3 comentarios:
quiero ese catálogo!!! jejeje.
Saludos,
A.
Y ya no escribes más!!
Ojalá sea por cuestió puramente sicológica, desas cosas de los escritores.
Atte., anónimoAlex
AnónimoAlex:
He dejado de escribir porque tengo mucho trabajo (afortunadamente), pero espero darme un tiempo el fin de semana para escribir varios post. De mientras, hoy dejo uno.
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