martes, 29 de septiembre de 2009

Ayer platicaba con un amigo sobre una tercera persona: una mujer que publicó sus poemas en la página de internet Letralia. Mi amigo me preguntó si conocía la página y si consideraba que fuera difícil o no publicar ahí. Luego me dijo que esta mujer, a quien conoció después de que ella le dejó un comentario en su blog, recibía cuarenta y tantos comentarios en su blog, mientras que los nuestros no pasan de uno o dos muy de vez en cuando.
—¿Crees que sea "conocida"?—, me preguntó.
No supe qué decirle (¿Qué es ser "conocido"?).
Después leí el blog de esa mujer, algún post, muy de rápido. También leí los poemas que publicó en Letralia y creo que más tarde, con alguna distracción de la oficina, perdí el interés por ella.
Hace tiempo platicaba con otro joven que desea ser escritor. Lo cuestionaba sobre sus lecturas, sobre los "jóvenes escritores" a quienes lee. Él me respondió que casi no compraba libros de gente de su generación, pues había muchos "clásicos" a quienes prefería leer.
—Oye, ¿pero no crees que si tú, que quieres ser escritor, no lees a la gente de tu edad, cuando publiques a ti tampoco van a querer leerte?
No me acuerdo cuál fue su respuesta.
Fernado Escalante Gonzalbo, en su libro A la sombra de los libros, dice que en Estados Unidos 30% de los universitarios no vuelven a leer un libro después de dejar la universidad; "otro tanto pasa con 40% de los egresados de bachillerato; 70% de los adultos dice que no ha visitado una librería en los últimos cinco años y 80% de las familias no ha comprado un libro en el último año. Sin embargo, más de 80% de los estadounidenses dicen que querrían escribir un libro ('there is a book inside them')".
Acaso sea esto lo que pasa, con la mujer a la que muchos leen (porque escribe simplemente de su vida, sin mayores pretensiones -cuando quiere escribir "en serio" redacta sus poemas-), con quienes tienen sus blogs para contar de sus últimas aventuras, con quienes cuentan con un círculo de amigos que siempre les comentan, con quienes teclean simplemente porque sienten esa necesidad (pero jamás tienen la intención de corregir hasta la última coma de su post). Eso pasa en Estados Unidos y en México, muchos queremos escribir, pero son pocos los que queremos leer. Escribimos, en el fondo, porque ser escritor (aun no sea de manera profesional) implica que podemos decir: "me gusta el futbol, la comida italiana y ESCRIBO, sí, es-cri-bo".
Pero cuántos leen también. Es cierto aquello de los "demasiados libros", de que cada quien busca lo que realmente desea leer y que muchas veces, quienes presumen de escribir Literatura, son personas que antes de querer contar una historia quieren demostrarnos el gran número de palabras y recursos estilísticos que conocen.
Me preguntaba mi amigo: "¿será una mujer 'conocida'?", y no supe cómo responderle. Ahora no lo dudo. Sí es una mujer conocida, sus más de 40 comentarios a cada uno de sus post lo demuestran, y a la mejor, cuando decidamos que escribir es una pasión y no un oficio, nosotros también seamos conocidos (aunque haya sólo uno, quizá dos comentarios, de vez en cuando, a nuestros post).

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, así es aunque a veces no hagamos un comentario no quiere decir que no tengas seguidores, hay mucha gente que lee asiduamente aunque no lo comente.

Tu lectora por siempre.

Anónimo dijo...

Me uno al club de tus lectoras anónimas, que todos los días abrimos tu blogg para leerte

mangelacosta dijo...

Muchas gracias. De veras, muchas gracias...

A. dijo...

yo tambien soy lector tuyo!

Rogelio Pineda Rojas dijo...

Aquí escribe el que halagadoramente llamas en este post "joven prospecto a escritor". Recuerdo esa plática sobre los autores jóvenes. La respuesta es: los leo pero no compro sus libros. Los clásicos son importantes y tendrán siempre su lugar. Los autores con los que has hecho clic, también. A esos jamás los abandonas. Y en ellos invierto. (un libro de Mondadori o de Anagrama de un autor joven, Junot Díaz, por ejemplo, cuesta el doble de lo que cuesta algo de Chéjov, Tólstoi o Flaubert). Quizá mi problema es optimización de recursos. Claro, he dilapidado mis domingos en autores nóveles como J. Herbert o el argentino Osvaldo Lamborghini, y me siento gratificado. Esa es la respuesta Mike. Te mando un abrazote. ¿Pa cuándo otro Coronazo?

Anónimo dijo...

Me encanta leer tu blog, sobre todo cuando hablas con tanto amor de tu esposa llego a decir: "que bonitoooo!!", cuando describes algún platillo típico que saboreaste o recordaste de tu niñez, hasta se me antoja (aunque ya haya comido), cuando hablas de tus sentimientos, me haces recordar que somos humanos y no máquinas trabajadoras sin emociones. Aunque no suelo escribir comentarios, te tengo en mis favoritos del Bookmark y te leo constantemente.
Saludos!!

mangelacosta dijo...

Gracias, Toño, por lo que dices (:aquí y cuando nos encontramos en el msn).
Rogelio, tu entrecomillado me suena peyorativo (así me lo parece); yo dije: un joven que desea ser escritor (que conste). Y en cuanto al Coronazo, pues ponle fecha y quedamos, ¿va?

mangelacosta dijo...

Gracias también a los anónimos que pasan por aquí. Me alegra saber que están del otro lado...

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog, y me gustaria que escribieras más seguido. Me gusta cuando te refieres a lugares, sentimientos, comidas, etc, porque en tu escribir eres auténtico y nos haces regresar por un instante a lo que tanto añoramos.

Mart.

Anónimo dijo...

Me uno a la lista, oigo y leo las historias y a veces pido regalías; sin duda creo que sabes que hay gente que diario camina contigo por estos rumbos.

besotototes

ll