lunes, 25 de febrero de 2008

Agrián

Le gusta que juguemos a las luchas (él es el Místico y yo el Hijo del Perro Aguayo). Sonríe cuando lo tomo de las manos y empiezo a darle vueltas en el aire, y en ocasiones me tira una patada para comenzar una pelea ficticia.
Me llama por mi nombre, a pesar de que soy su padrino y le llevo 23 años.
Hace unos días le dijo a mi esposa, un poco apenado, que a menudo sueña con nosotros. Y eso nos hizo demasiado felices.
¿Qué más puede pedir uno como padrino?
(Además, dice que tengo peinado de Peter Parker).

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